sábado, 26 de diciembre de 2015

LAS DÍEZ MEJORES PINTURAS DE JESUS EN LA HISTORIA


Las 10 mejores pinturas de Jesús de la historia y las cuales fueron hechas por los mas grandes artistas de la historia mundial...

Jesús es un personaje muy importante en la historia del mundo y que mejor forma de celebrar esto que viendo las mejores pinturas de Cristo en muchas formas diferentes? Algunas son como bebe, algunas muerto, algunas con vida, algunas controversiales y algunas sagradas.

Los artistas mas famosos de la tierra, de Miguel Angel a Goya, han representado a Jesús desde sus puntos de vista personales.

- CRISTO PANTOCRATOR


Cristo Pantocrátor fue hecho en la Era Bizantina, en algún momento entre 1090 y 1100. El Jesús en esta pintura es muy plano y serio.

- LA MADONNA DE OGNISSANTI


La Madona de Ognissanti fue realizada por Giotto en 1314. Aunque el incorpora algunos de los adornos de plata y oro de sus predecesores Bizantinos, usted puede notar que Giotto se acerca a la representación perspectiva de la realidad la cual le daría forma al Renacimiento.

Aunque a las representaciones de Jesús como niño, les faltaba aun mucho por madurar.

- LA LAMENTACION DE CRISTO


La Lamentación de Cristo fue hecha por Andrea Mantegna en 1480. Su uso intenso del escorzo aumenta el drama de la escena, con la interacción entre las luces y las sombras y también con la perspectiva violenta.

Mantegna era conocido por su maestría en la manipulación de la perspectiva, aunque si usted mira de cerca, los pies de Jesús son un poquito pequeños.

- LA ÚLTIMA CENA


La Ultima Cena hecha por Leonardo Da Vinci en 1495 muestra a Jesús comiendo sus últimos alimentos, rodeado por sus apóstoles favoritos, y también su menos favorito, (Judas).

Da Vinci incluye simbolismo con maestría en una época donde el simbolismo era mucho más exagerado, por ejemplo, la repetición de el numero 3 y el numero 4. El 3 representa la espiritualidad, como la Trinidad, y el 4 la tierra, como los elementos.

Esta obra también ha causado muchas ideas sobre teorías de conspiración acerca de sus otros mensajes escondidos.

- EL JUICIO FINAL


Miguel Angel pinto este fresco súper intenso de “El Juicio Final” por 4 años comenzando en 1536 para la Capilla Sixtina del Vaticano. Esta describe la segunda venida del Señor y también el juicio eterno y final de Dios sobre toda la humanidad.

Muchas personas religiosas se horrorizaron por el uso de figures desnudas y genitales por parte de Michelangelo, aunque una mejor pregunta podría ser: Como terminaron todos tan musculosos?

- EL DESCENSO DE LA CRUZ


El Descenso de la Cruz de Jacopo Pontormo fue hecho en 1528; su interacción intensa entre el movimiento y el peso, entre la ligereza de la tela y el peso de Jesús, intensifica la tragedia del momento.

Los colores fuertes, casi neón y la falta de respeto por cualquier clase de espacio representacional lo alejan del Renacimiento y lo acercan al Modernismo, aun al Surrealismo

- LA CORONACIÓN CON ESPINAS


La Coronación con Espinas fue hecha por el maestro italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio en 1602. Esta pintura obscura y cautivante coloca al realismo clásico y el estilo intenso en proximidad cercana.

El hace algo similar con el placer y el dolor en esta representación de tortura sádica.

- CRISTO CRUCIFICADO


Cristo Crucificado fue pintado en 1632 por Diego Velazquez. No se conoce mucho sobre su historia, hasta su fecha está en duda, pero su incorporación de fuertes elementos clásicos y barrocos hace a esta escena automáticamente algo horriblemente violento y hermosamente tranquilo.

Esta crea contradicciones y las resuelve de una forma maestra.

- EL CRISTO AMARILLO


Esta obra, El Cristo Amarillo, hecha por Paul Gauguin en 1889, fue una de las piezas claves del Movimiento Simbolista.

Este abandono el realismo, la historia y la perspectiva a favor de franjas de colores ácidos y planos.

- EL CRISTO DE SAN JUAN DE LA CRUZ


El Cristo de San Juan en la Cruz fue hecho por Salvador Dali en 1951. El informe detallado de esta obra así como su falta de detalles comunes en una crucifixión como puntillas, sangre y una corona de espinas se abandono porque Dali tuvo una visión en un sueño.

El dijo: "En primer lugar, en 1950, tuve un “sueño cósmico” en el cual vi esta imagen a color y la cual en mi sueño representaba el núcleo del átomo. Este núcleo después tomo un significado metafísico; lo considere la misma unidad del universo, el Cristo!"


viernes, 11 de diciembre de 2015

EL EXPOLIO (El Greco)


El Expolio de El Greco, es uno de mis más selectas pinturas favoritas, junto al gran Domenikos uno de mis grandes artistas, y sus obras. Es fascinante.

El Expolio es un cuadro pintado por El Greco (Domenikos Theotokopoulos, 1541-1614) para la Sacristía de la Catedral de Toledo. Es un Óleo sobre lienzo y mide 285 centímetros de alto y 173 cm de ancho, fue realizado entre los años 1577 y 1579 y se conserva todavía en la Sacristía de la Catedral de Toledo, España. En 2013 fue restaurado en los talleres del Museo del Prado, quedando expuesto en la pinacoteca madrileña hasta su devolución a la Catedral de Toledo, que tuvo lugar en Febrero de 2014, a tiempo para la celebración del cuarto centenario del fallecimiento del artista.
Según Cossío, este cuadro es el más poético y de expresión más elevada del artista, suponiendo un momento cumbre de su producción.Para Gudiol es una de las mejores obras del pintor y obra capital en la historia de la pintura europea.
HISTORIA
El cabildo de la catedral de Toledo debió de encargar al Greco la realización del Expolio el 2 de julio de 1576 pues existe un documento que en esa fecha recibió 400 reales de adelanto a cuenta del cuadro.Se trata del primer documento que acredita la presencia del pintor en Toledo. Se trata de los primeros trabajos en Toledo, junto a las pinturas del retablo de Santo Domingo el Antiguo, recién llegado de Italia.

El cuadro situado en la Sacristía de la catedral de Toledo.
El motivo del cuadro encargado por el cabildo, El Expolio, es el momento inicial de la Pasión en el que Jesús es despojado de sus ropas. El pintor se inspiró en un texto de san Buenaventura y la composición que ideó no satisfizo al cabildo. En la parte inferior izquierda colocó a la VirgenMaría Magdalena y María Cleofás, mientras que en la parte superior por encima de la cabeza de Cristo situó a gran parte del grupo que lo escoltaba. Las tres Marías no constan en los evangelios canónicos como presentes en ese momento ni tampoco en el evangelio apócrifo de Nicodemo, el único que relata el Expolio. En cuanto al realce jerárquico de los acompañantes por encima de Cristo, el Greco se inspiró en iconografías antiguas bizantinas como el prendimiento de Cristo o el beso de Judas, donde es habitual en esos iconos que la muchedumbre rodee a Jesús por la parte superior. El cabildo no aceptó esta composición, consideró que eran impropiedades que oscurecían la historia y desvalorizaban a Cristo
Este fue el motivo del primer pleito que el pintor tuvo en España, después vendrían otros que se sucedieron a lo largo de su vida por desavenencias sobre los cuadros con sus clientes. El 14 de septiembre de 1579 reclamó el pago del cuadro alegando que era extranjero y no disponía de bienes en Toledo. El cuadro no acabó de pagarse hasta el 8 de diciembre de 1581. En el pleito los tasadores nombrados por el Greco, Baltasar de Castro, pintor, y Martínez de Castañeda, escultor, manifestaron sobre el lienzo que la estimación es tan grande que no tiene precio... pero que atendiendo a la miseria de los tiempos... se puede pagar 900 ducados. La cantidad solicitada era desmesurada, pero los tasadores representantes del cabildo presentaron una valoración muy baja, ofreciendo solamente 228 ducados, alegando las incorreccciones de las cabezas sobrepasando la de Cristo y las tres Marías que no se mencionan en los Evangelios. La falta de acuerdo llevó a convocar un árbitro decisorio, que manifestó que el cuadro era uno de los mejores que había visto y lo valoró en 318 ducados. Sobre los problemas iconográficos dijo estar poco preparado para solventarlos y delegó en la autoridad eclesiástica. El pintor acabó recibiendo como pago 350 ducados pero no tuvo que cambiar las figuras que habían generado el conflicto.
Parece ser que durante el pleito, El Greco estaba dispuesto a prescindir de las tres Marías, pero finalmente pudieron ser mantenidas, favoreciendo la estética de la composición pues subrayan el movimiento ascensional del cuadro.
La fama que le proporcionó este cuadro y los de Santo Domingo el Antiguo le llevaron a establecerse definitivamente en Toledo.
ANÁLISIS DE LA OBRA


      Detalle del cuadro
La obra está firmada sobre una hoja de papel que aparece abajo a la izquierda, en caracteres griegos minúsculos: “Doménikos Theoto [Kópulos]Krès Ep[oíei]”.
El momento del expolio no era un tema frecuente en aquella época en el arte occidental. En la composición representa a Cristo en el centro, mirando al cielo con una expresión de serenidad, vestido con una túnica de color rojo intenso que domina el resto de la composición; y a su alrededor, una masa de figuras dispuestas a desnudarlo para comenzar la Pasión. Tanto el modelado de las figuras como el cromatismo provienen de su época veneciana.
La idealizada figura de Jesucristo destaca vigorosamente del resto y parece ajena al gentío violento que lo rodea. Una figura en la parte trasera con un sombrero rojo apunta acusadoramente a Cristo, mientras otros dos discuten sobre sus vestiduras. Otro hombre vestido de verde a la izquierda de Cristo lo sujeta con una cuerda y va a proceder a desnudarlo para su crucifixión. Mientras otro vestido de amarillo en la parte inferior derecha se inclina hacia la cruz y perfora un agujero para facilitar la inserción de un clavo que atravesará los pies de Cristo. El rostro melancólico del Salvador queda violentamente yuxtapuesto a las figuras de sus ejecutores, que se amontonan en torno a él, creando una impresión de desorden con sus movimientos, gestos, picas y lanzas. En la parte inferior izquierda aparecen las tres Marías contemplando la escena con angustia.
La figura preparando la Cruz podría derivar de una figura similar inclinada hacia delante en un tapiz de Rafael y un cartón de la Milagrosa captura de peces, que podría haber conocido durante su estancia romana.
Cossío en su célebre libro sobre El Greco realizó el siguiente análisis sobre este cuadro:

Detalle: las tres Marías miran con melancolía como un hombre, pintado en atrevido escorzo, barrena la cruz para clavar los pies de Cristo. El pie blanco de Jesús que será clavado se representa en medio estableciendo un fuerte vínculo.
  • El Greco debía representar a Cristo, no como Dios, sino como hombre y víctima inocente de las pasiones humanas. Aunque esto enlazaba con otras composiciones pintadas en Italia, aquí concentró todos los elementos, principales y secundarios, dispersos en sus cuadros anteriores, en una sola acción alrededor del protagonista. Lo rodea un grupo apretado de cabezas duras y sombrías, cada una con personalidad propia, que sirven de fondo al claro e inocente rostro de Cristo. Todavía introduce dos episodios diferentes según la tradición veneciana, pero no como antes, dispersos en otros escenarios del cuadro como plazas y pórticos, sino pegados a Cristo y cerrando la escena inferiormente. Se trata del hombre que prepara la cruz y enfrente las tres Marías que con tristeza lo observan. Y a tal extremo llevó la concentración de la acción que el Cabildo pretendió con argumentos teológicos que el pintor modificara el cuadro.
  • Aunque muchas figuras del cuadro tienen un gran atractivo, la unidad de composición es tan perfecta que todo el interés lo absorbe la figura de Cristo. El maestro supo crear este efecto con grandísima destreza, estableciendo una composición en círculo alrededor de Jesús. Las masas no están como en cuadros anteriores solamente a derecha e izquierda, se encuentran también al fondo para que sobre ellas se destaque el protagonista, lo perfilan por todos los lados, incluso en el primer plano en la parte inferior para cerrar completamente la escena. Se muestra todo el contorno de Jesús que ocupa en centro del grupo que lo rodea, adquiriendo por contraste un gran relieve.
  • Todo lo que no es el protagonista se encuentra oscurecido y rebajado mientras que Cristo se ilumina y destaca. El artista lo consigue mediante el colorido y el claroscuro. Así el rostro iluminado de Cristo y su túnica roja forman un contraste muy fuerte con las oscuros rostros de los acompañantes y con la entonación gris que domina el fondo del cuadro, en la misma línea de grises que la armadura del caballero a la derecha de Jesús.
  • La escena representada es únicamente humana. Hombres y mujeres llenan todo el espacio. La naturaleza solo aparece en una porción de cielo nuboso y algo de tierra bajo el pie de Cristo.
  • Señaló que Justi encontraba en este cuadro reminiscencias bizantinas: en la posición frontal de la escena, en la simetría con que están dispuestos los personajes y en la concentración de la multitud.

El Cabildo de la catedral que había encargado el cuadro encontró teológicamente injustificable que las cabezas de la escolta sobrepasasen la de Cristo. El Greco se había inspirado en iconos bizantinos en temas como el beso de Judas o el prendimiento de Jesús donde la multitud rodea a Cristo superiormente. El contraste estético entre la quietud y melancolía del rostro del Salvador y los sombríos rostros que lo rodean es asombroso

miércoles, 9 de diciembre de 2015

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE VAN DYCK


Tal día como hoy un 9 de Diciembre de 1641 fallecía en Londres Antón Van Dyck, después de Pedro Pablo Rubens el pintor más relevante del arte flamenco del S XVII

Anton van Dyck (Amberes22 de marzode 1599 – Londres9 de diciembre de 1641) fue un pintor flamencoespecialmente dedicado a la elaboración de retratos. Dado que alcanzó gran fama internacional, su nombre se adaptó a diferentes idiomas: en inglés, Sir Anthony van Dyck; en español, Antonio o Antón van Dick. En su lengua materna, el neerlandés, su nombre es Anton Van Dijck (la palabra dijck significa 'roble' o 'encina').[cita requerida] Llegó a ser el primer pintor de corte en Inglaterra tras una larga estancia en Italia. Es universalmente conocido por sus retratos de la nobleza genovesa y de Carlos I, rey de Inglaterra, de los miembros de su familia y de su corte. Con su método de pintura de una elegancia relajada, influyó en los retratistas ingleses, como Peter Lely. Además de retratos, por los cuales fue bastante apreciado, se ocupó también de temas bíblicos y mitológicos, introduciendo algunas notables innovaciones pictóricas.

Grande para Flandes era la fama de Pedro Pablo Rubens, cuando en Amberes en su escuela surgió un joven llevado de tan noble generosidad de costumbres y de un tan bello espíritu en la pintura que bien dio signos de ilustrarla y aumentar su esplendor.

En Amberes fue discípulo de Hendrick van Balen, con quien permaneció entre 1609 y 1610. Más adelante fue también alumno y asistente de Rubens, del que asimiló la técnica y en parte también el estilo, y en 1618 fue admitido como maestro en el gremio de San Lucas.

Tras transcurrir la juventud en Amberes, se trasladó a Italia, donde realizó el viaje ritual de formación característico de todos los grandes pintores flamencos. Allí tuvo la oportunidad de ver y copiar algunas grandes obras renacentistas, especialmente de su pintor favorito, Tiziano. Al volver de Italia, pasó a Inglaterra, a la corte de Carlos I, donde se ocupó casi exclusivamente de retratos. Murió en Londres a la edad de 42 años y fue enterrado en la Catedral de San Pablo.

EL ARTISTA Y SUS OBRAS

La vida de van Dyck es, por varios motivos, comparable a la de Rafael: ambos murieron jóvenes y antes de ver uno las atrocidades del saqueo de Roma (1527) y el otro los desórdenes de la guerra civil. Van Dyck murió antes de ver procesado y decapitado delante de su palacio a su rey. Tras la ejecución del monarca, siguió la dispersión de su colección artística, que contaba con 1570 pinturas, entre las cuales había una buena cantidad de obras de van Dyck; entre los mayores compradores estuvo Felipe IV de España y el cardenal Giulio Mazzarino.

Autor de temas religiosos y mitológicos, su actividad como grabador alcanzó también gran importancia y tuvo por logro más célebre la Iconografía, serie de retratos grabados de famosos contemporáneos. Él la inició grabando algunas planchas hacia 1631, y las demás fueron realizadas según bocetos suyos por Paulus PontiusLucas Vorsterman ISchelte à BolswertJacob Neeffs y otros. La serie estaba inacabada a su muerte, si bien ya se estaba distribuyendo. La primera edición con portada se lanzó póstumamente en 1645. Muchas de las matrices originales de cobre se guardan en la Calcografía del Louvre.

Rubens y van DyckEditar

Los primeros contactos entre Rubens y el joven van Dyck se remontan a 1615, cuando Antoon abrió un taller personal. Muchos importantes pintores de Amberes, como Frans Snyders, visitaban el taller, para darle consejos o simplemente para observar el trabajo del joven talento. Algunos años después Anton entró efectivamente en el taller de Rubens, del que había podido admirar los grandes retablos conservados en las iglesias de la ciudad. Durante los años de colaboración actuaban del siguiente modo: Rubens buscaba los encargos, preparaba los borradores y los diseños preparatorios, pero luego era Van Dyck quien ejecutaba la pintura. Testigos de esto son las numerosas obras del período, como las Historias de Decio Mus, de carácter profano, y la decoración del techo de la Iglesia de san Carlos Borromeo de Amberes, de carácter sacro.

Según algunas fuentes, Van Dyck fue admirador y alumno de Rubens, pero también un asistente y un amigo, como testimoniaría el Retrato de Isabel Brant, que representa a la primera esposa de Rubens, regalado al gran pintor por Anton y los retratos de Van Dyck hechos por Rubens, que lo había definido como el mejor de sus alumnos.Otras fuentes en cambio muestran a Van Dyck como admirador sincero de Rubens en su juventud, que identificaba como un modelo para sus pinturas, pero que con el pasar del tiempo había llegado a ser una presencia demasiado fuerte en la pequeña realidad de Flandes, tanto que le obligó a buscar fortuna primero en Inglaterra y luego en Italia. E incluso Rubens, cuando se dio cuenta de las capacidades del joven alumno, que habría podido ensombrecer su nombre, hizo todo lo posible para alejarlo de Amberes (ciudad llamada Anvers en francés y Antwerpen en neerlandés), obteniendo cartas de recomendación y garantizándole la ayuda de ricos personajes, sea ingleses, como el conde de Arundel, sea italianos.

   La lamentacion

   María Luigia de Tassis

   Rinaldo y Armida

   Carlos I como cazador 




jueves, 3 de diciembre de 2015

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE RENOIR


Un 3 de Diciembre de 1919 fallecía en Cagnes-sur-Mer el fabuloso pintor impresionista Renoir, hoy es el aniversario de su muerte, y nos dejó el legado de su mágica pintura.

Pierre Auguste Renoir

(Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919) Pintor francés. Hijo de artesanos, vivió sus primeros años en barrios proletarios donde trabajó como decorador de porcelanas y pintor de abanicos. Después pudo acceder al taller del pintor Gilbert y, luego, al de Gleyre, donde conoció a Monet, Bazille y Sisley, con quien más tarde compartió su casa en París. Sus primeros intereses como pintor se inclinaron por la escuela de Barbizon y, consecuentemente, por la pintura al aire libre. Durante los días agitados de la Comuna, pintó con Monet a orillas del Sena. En 1873 terminó Jinetes en el bosque de Bolonia, excluida del Salón oficial y expuesta en el de los Rechazados.

Durand-Ruel se interesó por su obra y en 1874 participó en la primera exposición impresionista, en los estudios del fotógrafo Nadar, donde expuso, entre otras obras, El palco (1874, Courtauld Institute Galleries, Londres). Se trata de un gran lienzo donde representa a Niní López y a su hermano con una técnica de pinceladas sueltas fundidas entre sí, de contornos imprecisos y poco definidos. La composición, piramidal, se caracteriza por los ritmos ascendentes y sinuosos del vestido negro de ella y los de la chaqueta de él, así como señala la importancia de las cabezas: la de ella expresa serenidad y atención, mientras que la de él oculta su mirada tras los prismáticos.

En 1876 se celebró la segunda exposición del grupo impresionista en la que Renoir participó con una de sus obras más conocidas, El moulin de la Galette (1876, Museo de Orsay, París), que recoge los momentos de un baile al aire libre en una terraza parisiense. Si lo comparamos con la obra de Manet Concierto en las Tullerías (1860, National Gallery, Londres), de tema y composición parecidos, presenta al igual que ésta, un encuadre interrumpido por los bordes del formato, recurso que produce la impresión de que la escena sigue y se expande más allá de los propios límites del lienzo. En comparación con la obra de Manet, que la pintó en un alarde de pinceladas imprecisas e indefinidas, la de Renoir libera todavía más la pintura, con una sucesión de manchas centelleantes que parece deslizarse sobre la tela al ritmo de la música o de los movimientos de los árboles que dejan pasar parcialmente la luz que ilumina la escena.

En 1878, Renoir se alejó del grupo impresionista y buscó el éxito en los salones oficiales; el abandono de los principios impresionistas se acentuó cuando, a partir de 1881, numerosos viajes -Normandía, Argel, Florencia, Venecia, Roma, Nápoles, Sicilia- despiertan su admiración por cierta idea clásica de lo bello -la pintura pompeyana, Ingres, Rafael-, que le llevó a cuestionarse el valor de la espontaneidad de su técnica anterior, alejándose progresivamente de los efectos atmosféricos en busca de una pintura más definida. De esta época, cabe destacar obras que reflejan momentos de la vida parisiense contemporánea, como el cuadro Madame Charpentier y sus hijos(1878, Metropolitan Museum, Wolf Foundation, Nueva York), que fue expuesto en el Salón de 1879, donde recibió la aprobación del público y la crítica.

El tema de la mujer, por el que el artista mostró claramente, durante toda su vida, un gran interés, adopta, por lo general, un tratamiento de gran consistencia y de resonancias clásicas. En este sentido destacan la serie de las bañistas -Bañista sentada secándose la pierna (1895, Museo de l'Orangerie, París), Bañista sentada (1914, Art Institute, Chicago), o Bañistas (1918-1919, Museo de Orsay, París)- que constituyen el máximo exponente de la belleza femenina, ejecutadas con una técnica cálida y envolvente. En estas obras, las pinceladas no se mueven en múltiples direcciones, como se observava en El moulin de la Galette, sino que se alargan por la aplicación insistente de óleo húmedo diluido en aceite de linaza y trementina.

La línea recta no existe en la naturaleza y la mezcla armónica de colores sobre la tela va configurando la forma mediante un proceso orgánico que persigue una expresión sensual y vitalista: "No tengo reglas ni métodos; cualquiera que vea los materiales que empleo o mi forma de pintar, se dará cuenta de que no hay secretos. Miro un desnudo y descubro miles de matices diminutos. He de encontrar aquel que haga que la carne de mi lienzo viva y tiemble." 

El ejercicio de la pintura es para Renoir una especie de placer físico, la sublimación de la atracción física por medio de la materia pictórica. Salud y belleza se identifican en las representaciones de esas mujeres de piel tersa y rosada. El amor por el trabajo manual de este artista, que procedía de una familia de artesanos y que fatalmente vio sus propias manos deformadas por el reuma al final de su vida, le llevó a rechazar cualquier dimensión intelectual de la pintura o cualquier resonancia literaria en favor del trabajo humilde y bien hecho. 

En 1884 escribió una propuesta para fundar la "Sociedad de los irregulares", la cual asociaba la belleza a las formas orgánicas e irregulares de la naturaleza y rechazaba el mundo mecánico e industrializado, como años antes hicieron Ruskin y Morris, pero cuya sensualidad se alejaba de la religiosidad de éstos. "A veces hablo como los campesinos del sur. Dicen que son unos desafortunados. Yo les pregunto si están enfermos y me dicen que no. Entonces son afortunados; tienen un poco de dinero, por lo tanto, si tienen una mala cosecha no pasan hambre, pueden comer, pueden dormir y tienen un trabajo que les permite estar al aire libre, a la luz del sol. ¿Qué más pueden desear? Son los hombres más felices y ni siquiera lo saben. Después de unos cuantos años más, voy a abandonar los pinceles y dedicarme a vivir al sol. Nada más."

Las penurias económicas de Renoir terminaron con el éxito de la exposición impresionista de 1886 en Nueva York. En 1892, realizó una muestra antológica en los salones de Durand-Ruel. Dos años más tarde nació su hijo Jean -el cineasta Jean Renoir-, y Gabrielle Renard, prima de su mujer Aline, entró con dieciséis años en la casa del pintor para ayudar en la tareas domésticas, aunque acabó convirtiéndose en su modelo favorita. Jean escribió: "El espíritu inherente a los niños y niñas, a las criaturas y los árboles, pobladores del mundo que él creó, encerraba tanta pureza como el cuerpo desnudo de Gabrielle. Y finalmente, Renoir revelaba su propio ser a través de esta desnudez." 

A partir de ese momento los éxitos se suceden. Sin embargo, ni su artritis, que le lleva a instalarse en la Provenza en busca de un clima más cálido -es operado en 1910 de las dos rodillas, una mano y un pie-, ni el alistamiento de sus hijos Pierre y Jean durante la Primera Guerra Mundial, ni incluso la muerte de su esposa en 1915, logran disminuir su entusiasmo por la pintura.

OBRAS


Autorretrato (1876, detalle)

                                                El palco (1874), de Pierre Auguste Renoir.   

   Le Moulin de la Galette (1876), de Renoir

                                               Madame Charpentier y sus hijos (1878)