miércoles, 23 de septiembre de 2015

LAS 10 PINTURAS MAS FAMOSAS DEL MUNDO. (El Guernica. P. Picasso)


El arte: manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Los artistas de la pintura, destacados en la historia por sus obras de arte, alcanzan la maestría no sólo con estudio y práctica. En sus trabajos subyace el estímulo a lo subjetivo, pues emplean expresiones estéticas ajenas a la clasificación lógica. Junto a la técnica utilizada para aplicar colores, los poseedores de este don, demuestran a primera vista que su habilidad es en realidad una virtud al descubierto. 
Las pinturas más famosas del mundo no tienen por qué ser las mejores pinturas de la historia del arte, sino aquellas pinturas que se han convertido, con el paso del tiempo, en íconos culturales. Son imágenes populares, fácilmente reconocibles, reproducidas, homenajeadas e, incluso, parodiadas. Aquí las obras de arte más famosas del mundo:

EL GUERNICA.    PABLO RUIZ PICASSO



El Guernica. El conjunto, una pintura al óleo en blanco y negro de casi 8 x 4 m, se organiza a modo de tríptico. El extremo derecho representa el dolor físico, y una mujer, abrasada por las llamas, levanta los brazos como la figura central de Los fusilamientos de la Moncloa de Goya. El extremo izquierdo muestra el dolor psíquico, mediante el motivo de la madre con el hijo muerto en los brazos y los ojos en forma de lágrimas. El centro recoge la posibilidad de la esperanza. Por ello, el candil que sujeta la mujer que entra por la puerta del fondo, símbolo de la república, está encendido, lo mismo que la bombilla de la lámpara superior en forma de ojo, y la flor que nace de la espada rota del soldado. La presencia de la paloma, alicaída, sobre la mesa y en segundo término, parece indicar que la paz que simboliza no ha sido posible. El caballo, identificado con el fascismo y con la lengua en forma de obús, es un perturbador protagonista que pisotea y destroza. Por su parte, el toro representa al pueblo español, víctima de sus embistes. La intensa mirada de éste se ha comparado con la de Picasso, llevando a suponer que el pintor pudo autorretratarse en la obra, del mismo modo que Velázquez lo hizo en las Meninas, y Goya en la Familia de Carlos IV. Las actitudes de los personajes, la textura -trasunto de la etapa cubista- y la fragmentación de la obra proporcionan a ésta un patetismo paroxístico que acentúa el movimiento de las figuras.



PABLO RUIZ PICASSO



(Pablo Ruiz Picasso; Málaga, 1881 - Moulins, Francia, 1973) Pintor español. La trascendencia de Picasso no se agota en la fundación del cubismo, revolucionaria tendencia que rompió definitivamente con la representación tradicional al liquidar la perspectiva y el punto de vista único. A lo largo de su dilatada trayectoria, Pablo Picasso exploró incesantemente nuevos caminos e influyó en todas la facetas del arte del siglo XX, encarnando como ningún otro la inquietud y receptividad del artista contemporáneo. Su total entrega a la labor creadora y su personalidad vitalista, por otra parte, nunca lo alejarían de los problemas de su tiempo; una de sus obras maestras, el Guernica (1937), es la mejor ilustración de su condición de artista comprometido.
Hijo del también artista José Ruiz Blasco, en 1895 se trasladó con su familia a Barcelona, donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y literatos, entre los que cabe citar a los pintores Ramón Casas y Santiago Rusiñol, con quienes acostumbraba reunirse en el bar Els Quatre Gats. Entre 1901 y 1904, Pablo Picasso alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura entraba en la etapa denominada período azul, fuertemente influida por el simbolismo. En la primavera de 1904, Picasso decidió trasladarse definitivamente a París y establecerse en un estudio en las riberas del Sena. 
En la capital francesa trabó amistad, entre otros, con los poetas Guillaume Apollinaire y Max Jacob y con el dramaturgo André Salmon; entre tanto, su pintura experimentó una nueva evolución, caracterizada por una paleta cromática tendente a los colores tierra y rosa (período rosa). Al poco de llegar a París entró en contacto con personalidades periféricas del mundillo artístico y bohemio, como los estadounidenses Leo y Gertrude Stein, o el que sería ya para siempre su marchante, Daniel-Henry Kahnweiler.
A finales de 1906, Pablo Picasso empezó a trabajar en una composición de gran formato que iba a cambiar el curso del arte del siglo XX: Les demoiselles d'Avignon. En esta obra cumbre confluyeron numerosas influencias, entre las que cabe citar como principales el arte africano e ibérico y elementos tomados de El Greco y Cézanne. Bajo la constante influencia de este último, y en compañía de otro joven pintor, Georges Braque, Pablo Picasso se adentró en una revisión de buena parte de la herencia plástica vigente desde el Renacimiento, especialmente en el ámbito de la representación pictórica del volumen. Las tramas geométricas eliminan la profundidad espacial e introducen el tiempo como dimensión al simultanear diversos puntos de vista: era el inicio del cubismo.
Picasso y Braque desarrollaron dicho estilo en una primera fase denominada analítica (1909-1912). En 1912 introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de recortes de papel y otros materiales directamente aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática más rica y la multiplicidad matérica y referencial.
Entre 1915 y mediados de la década de 1920, Picasso fue abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en una nueva etapa figurativista, en el marco de un reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos». Casado desde 1919 con la bailarina rusa Olga Koklova y padre ya de un hijo, Paulo, Pablo Picasso empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro en 1928 con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado. En 1935 nació su hija Maya, fruto de una nueva relación sentimental con Marie-Therèse Walter, con quien Pablo Picasso convivió abiertamente a pesar de seguir casado con Olga Koklova; a partir de 1936, ambas debieron compartir al pintor con una tercera mujer, la fotógrafa Dora Maar.


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