miércoles, 7 de octubre de 2015

DIEZ JOYAS DEL ARTE ROMANICO ESPAÑOL. (Monasterio de Poblet)


El Real Monasterio de Santa María de Poblet (en catalánReial Monestir de Santa Maria de Poblet) o, simplemente monasterio de Poblet, es el prototipo de abadía cisterciense española. Localizado en la comarca de la Cuenca de Barberá, en el término municipal de Vimbodí y Poblet, en Tarragona (España), el primer cenobio fue impulsado y patrocinado por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, que lo entregó a los monjes bernardos de la abadía de Fontfroide en el año 1149.
Fue panteón real de la Corona de Aragón, desde finales del siglo XIV[hasta la extinción de la casa real de Aragón en el siglo XV.
Enriquecido con distintas donaciones, alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIV, y su total decadencia y abandono en 1835 como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. En 1930se inició su restauración, de forma que en 1935 pudo dedicarse nuevamente la iglesia al culto, y en 1940 retornaban a su abadía algunos monjes. No todos los espacios pueden visitarse, por ser dependencias en clausura utilizadas por los cistercienses que de nuevo ocupan el monasterio.
En 1991 fue declarado por la UnescoPatrimonio de la Humanidad. Poblet, junto con GuadalupeEl EscorialSan Millán de Yuso y San Millán de Suso son los monasterios en España que gozan de este título.
HISTORIA
La etimología del término Poblet deriva del latín populetum (alameda). El lugar fue siempre muy rico en vegetación y bosque de estos árboles (los álamos), lo que dio lugar a que en 1984 fuera declarado Paraje Natural de Interés Nacional, con 2.100 hectáreas y 50 fuentes naturales.
El monasterio de Poblet fue una fundación del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV que alrededor del año 1150 donó las tierras de Populetum a la abadía francesa de Fontfroide (o Fontfreda) en el momento en que era abad Sancho I de Provenza. Fontfroide era filial de Claraval y estaba cerca de Narbona. Estas tierras que se ofrecieron son las situadas en la Cuenca de Barberá, en el término municipal de Vimbodí, cerca de Espluga de Francolí con las montañas de Prades como telón de fondo. El enclave tenía las condiciones recomendadas por el Císterpara la fundación de un monasterio: podía estar aislado, con agua abundante y un extenso entorno para la agricultura.
Con la fundación de este monasterio sumaron cuatro las grandes abadías cistercienses: Claraval (en el valle de Absinthe (Francia), la Gran Selva (en Languedoc), Fontfreda (cerca de Narbona) y Poblet. La primera comunidad se estableció bajo el mandato del abad Guerau (o Gerardo), en 1153. En documentos que se conservan se data una donación de los vizcondes de Cardona dos años antes, 1151. Durante siglos fueron frecuentes las donaciones tanto de reyes como de familias de la nobleza. Gracias a estos documentos sobre las distintas donaciones y regalos se ha podido ir siguiendo el estado de las obras de construcción y el acabado de las dependencias del claustro o de los tramos de la iglesia. En un testamento de 1184 se dice que el templo estaba aun en obras; otro documento del mismo año se refiere a un donativo del rey para las luminarias del altar de Santa María, lo que hace suponer que al menos el presbiterio ya tenía culto. Durante la segunda mitad del siglo XII fue miembro de la congregación San Bernardo de Alcira, entonces príncipe andalusí, que ingresó en la orden cuando era embajador de Valencia en la corte de Ramón Berenguer IV.
En 1340 Pedro el Ceremonioso mandó crear el panteón real y nobiliario en el que llegó a haber hasta 16 yacentes. La elección de sepultura iba aparejada a importantes donaciones: tierras, hombres y dinero. Además se construyeron capillas privadas como las de Urgel y Argensola. Los linajes más importantes de Cataluña se ocuparon del monasterio en gran medida: Condes de UrgelCerveraCardonaPuigvertBoixadors.
El monasterio de Poblet había estado desde su fundación bajo la protección y el patronazgo de los reyes. Al extinguirse la Casa Real de Aragóncomenzó su gran decadencia aunque algunos abades intentaran en el Renacimiento dotarlo de obras nuevas. Así el abad Caixal contrató al escultor Damián Forment para realizar el retablo de la capilla mayor en piedra (1526-1531), obra realmente excepcional cuyo coste fue tan desmesurado que provocó la sublevación de los monjes en contra de su abad a quien condenaron a reclusión perpetua con los cargos de dilapidación y falta de observancia.
Con los cambios políticos del siglo XIX, las guerras civiles, etc., el monasterio se vio en proceso de decadencia. En el año 1822 se pusieron a la venta sus propiedades y los monjes fueron expulsados por los somatenes liberales que estaban en guerra contra los absolutistas. Después el monasterio quedó abandonado a su suerte y durante dos años sufrió incendios y saqueos, aunque antes se habían retirado los tesoros de joyería. En 1825, durante el decenio ominoso de Fernando VII, los monjes volvieron y trataron de restablecer el orden, restaurar los desperfectos y recuperar algo de lo robado. Pero las luchas entre liberales y absolutistas continuaban y las consecuencias fueron fatales para muchos enclaves monásticos de Cataluña. Temiendo lo peor, los frailes jóvenes y liberales, seguidos por los más ancianos, decidieron exclaustrarse y se refugiaron en casas particulares. Sacaron del monasterio los enseres más valiosos y transportables entregándolos en custodia a particulares; casi todo se perdió. En el monasterio quedó la biblioteca, los archivos y las tumbas reales a la espera de un nuevo saqueo y profanación.
En 1833 y durante la Primera Guerra Carlista las columnas volantes de los ejércitos fijaron su residencia en el monasterio. Violaron las tumbas quemando los ropajes que encontraron dentro en busca de oro y piedras preciosas. Más tarde fueron recuperados bastantes volúmenes y documentos y los restos de las tumbas fueron llevados a Tarragona para su custodia.
El saqueo, los incendios y la desidia habían convertido el complejo en un lugar de ruinas olvidadas. En el año 1930 se creó el Patronato de Poblet para ayudar a recuperar las viejas piedras y obras de arte que aun quedaran. También se creó una Hermandad de Amigos del Monasterio. Con estas ayudas se pudo recuperar gran parte del edificio y en 1940 ya pudo afincarse en él un grupo de cuatro monjes cistercienses.
En la actualidad continúan habitándolo los monjes del Císter que cuidan del lugar, rezan y mantienen una pequeña huerta. Regentan además una hospedería que da cabida a 12 huéspedes varones que necesiten un retiro espiritual, a cambio de lo cual reciben la limosna voluntaria que cada uno quiera dar (en muchos monasterios españoles existe este tipo de hospedería). La hospedería es un referente de gestión ecológica, lo que le ha valido un premio de la Asociación Europea por las Energías Renovables
EL COMPLEJO MONÁSTICO

Primer recintoEditar

Se llama Puerta de Prades a la entrada a este recinto; es de arco de medio punto con grandes dovelas en la parte exterior, y de arco apuntado por su cara interior. Sobre la puerta se encuentra un nicho con una imagen de la Virgen María como advocación del monasterio. Muestra también el escudete del abad Fernando de Lerín (1531-1545), la jarra con azucenas o lirios (símbolo de pureza) y las iniciales PO que se refieren a Poblet.

En este primer recinto había un espacio donde estaban las habitaciones de los labradores, obreros, legos y demás “familia” del monasterio. El abad Guimerá (1564-1583) había mandado construir un pozo, un abrevadero y unas conducciones de agua y para constancia de su mandato se imprimió su escudo en piedra: dos fajas rojas en campo de oro. Todavía subsiste la casa del monje portero que fue edificada en tiempos del abad Fernando Lerín, cuyo escudo también se conserva.

Puerta Dorada, al fondo la puerta barroca de la iglesia

Después de pasar una alameda se llega a la puerta de acceso al 2ª recinto. Se llama Puerta Dorada haciendo alusión al chapeado de planchas de bronce que la recubrían y que fueron doradas por voluntad de Felipe II en 1564 cuando pasó la Semana Santa en este monasterio. Se construyó esta puerta bajo los prioratos de los abades Delgado y Juan Payo Coello(1480-1499) y es un ejemplo de puerta castrense. Los escudetes de estos dos abades están situados en la fachada bajo los otros escudos de mayor tamaño con las divisas de la Corona de Aragón, Sicilia y Castilla, que hacen alusión a los reyes Juan II y Fernando el Católico. La construcción de la puerta debió terminarse en 1493 para recibir en ella a los Reyes Católicos que en ese año visitaron el monasterio acompañados de sus hijos el infante Juan y las infantas JuanaIsabel y Catalina

Ante esta puerta tenía lugar la ceremonia de bienvenida a los reyes que visitaban Poblet. Se preparaban ricos reclinatorios y una vez arrodillados, el abad les daba a besar el Lignum Crucis. A continuación marchaban en procesión bajo palio, entonando el Te Deum y acompañados de su séquito y de los monjes de la comunidad. Entraban en el 2º recinto a través de la Puerta Dorada y en la capilla de Santa Catalina volvían a pararse para orar antes de entrar definitivamente en el recinto de la clausura.

Junto a la puerta citada se halla la capilla de San Jorge mandada construir por Alfonso V de Aragón el Magnánimo, en acción de gracias por la victoria obtenida en la conquista de Nápoles en 1442, en tiempos del abad Conill. Se llama capilla de San Jorge pero en realidad está consagrada a la Virgen del RosarioSan Miguel Arcángel y San Jorge porque se supone que los tres fueron protectores del rey en la conquista de Nápoles. Las tres representaciones escultóricas de estos protectores estaban situadas en el desaparecido retablo de la capilla.

La capilla de San Jorge es de planta cuadrada, con puerta gótica flanqueada por columnas que terminan en pináculos. La fachada ostenta los escudos reales de Alfonso V de Aragón, y de Nápoles más el escudete del abad Conill (con un conejo labrado como símbolo de su nombre) sostenido por dos tenantes. Tiene bóveda de crucería en estrella.

Atravesando la Puerta Dorada se llega al 2º recinto.

Segundo recintoEditar

Puerta barroca de la iglesia.

Una vez traspasada la Puerta Dorada se llega a una gran plaza Mayor de planta irregular donde se conservan algunos vestigios de edificios antiguos. En línea recta con la puerta y al fondo, se ve la puerta de acceso al atrio de la iglesia del monasterio, abierta en la muralla que rodea el 3º recinto. Es una puerta barroca del siglo XVII que mandó edificar el duque de Cardona en 1670. Da entrada al atrio o galilea que era desde donde se entraba a la iglesia cuando la clausura era estricta. A ambos lados de la puerta están colocadas las estatuas de San Benito y San Bernardo, más la imagen de la Virgen en una hornacina. A ambos lados se abrieron unos óculos con mucha ornamentación barroca y columnas salomónicas.

En medio de la plaza y frente a esta puerta se alza la gran cruz en piedra del abad Guimerá del siglo XVI sobre un podio de cuatro escalones.

Al norte de la plaza se ve una capilla muy austera que en 1251 se dedicó a Santa Catalina. La mandó construir Ramón Berenguer IV y era el lugar donde oraban los visitantes de honor antes de acceder a la clausura. Durante muchos años guardó la imagen de la Virgen de los Cipreses. Se accede al interior por una puerta románica muy sencilla; está cubierta por bóveda de cañón apuntada.

Otras edificaciones dentro de la gran plaza que en su día fueron importantes, son:

  • Hospedería, hacia el sur (quedan sólo vestigios).
  • Palacio moderno abacial, edificio comenzado por el abad Francisco Oliver de Boteller en 1583. El corredor o galería (obra de Genover, 1732) daba directamente a la iglesia. Cuando se construyó este palacio estaba todavía en zona de huertas, fuera del recinto de clausura.
  • Hospital de pobres, construido en 1207 gracias a los donativos de Bernardo de Granyena.
  • Palacio antiguo abacial, donde se alojaron las damas que iban en el séquito de Isabel la Católica cuando visitó el monasterio con su familia.

Tercer recintoEditar

Puerta Real, encajonada entre dos torres, y puerta barroca de acceso a la iglesia
Plano de la clausura del monasterio de Poblet.

A unos metros de la puerta barroca de acceso a la iglesia se encuentra la Puerta Real (P.R. en el plano)encajonada entre dos torres, cuyo aspecto recuerda las Torres de Serranos de Valencia.

Este último recinto comprende todas las estancias del monasterio propiamente dicho, es decir, lo que fue la verdadera clausura. Está rodeado por una muralla de fortificación mandada construir por Pedro IV como protección, a raíz de haber ordenado que se dedicase en la iglesia un espacio a panteón real. Su mandato dice así:

«Para custodia de las osamentas de los más gloriosos reyes que jamás fueron de la Casa de Aragón»

Dirigió las obras su lugarteniente fray Guillén de Agulló (1367-1382). La muralla tiene un perímetro de 608 m por 11 de alto y 2 de espesor; consta de almenas y aspilleras, más el camino de ronda propio de una muralla. La fortificación está defendida por 12 torres de planta poligonal. Dos de ellas son las que flanquean la Puerta Real; las dos que están en las esquinas a ambos lados de esta puerta fueron torres-cárceles. La torre que está pegada a la sacristía nueva (n.º 16 en plano) lleva el nombre de torre de las Hostias y la siguiente hacia el nordeste, de los Locos. Otras son conocidas como del Prior, del Aceite, del Rincón, de las Armas, de San Esteban, del Zapatero y del Cardenal.

La Puerta Real (P.R. en plano) es una construcción militar del siglo XIV. El hueco de la puerta es de arco de medio punto con grandes dovelas en cuya clave un ángel tenante presenta el escudo de la Corona con dos leones rampantes. A ambos lados se ven dos timbres del rey Pedro IV; en uno de ellos puede leerse en latín y con caracteres pequeños

«Esta obra comenzó en tiempo de Pedro, rey de Aragón. »

Por encima de la puerta están labrados los escudetes reales alternando con el del abad Guillermo Agulló (1361-1393), que fue su constructor.

Una vez traspasada la puerta, el visitante se encuentra a su izquierda con los vestigios de lo que fueron en su día las habitaciones de conversos y donados. Hacia la derecha unas escaleras en piedra conducen al palacio del rey Martín el Humano, de principios del siglo XV (destinado a museo en la actualidad). Frente a la Puerta Real se ve el atrio o vestíbulo del claustro (n.º 15 en plano), obra del abad Copons. A la izquierda del atrio están las bodegas (n.º 14 en plano), edificio que anteriormente fue comedor del legos o conversos. Sobre esta estancia se construyó en el siglo XIV el dormitorio de monjes jubilados. En 1983 se ubicó aquí el museo del la restauración del monasterio.

A la derecha de este atrio están los lagares del siglo XIII (n.º 10 en plano) que fueron en su origen el dormitorio de legos.El muro sur está pegado al muro norte de la iglesia. Dentro del atrio o vestíbulo se accede a la esquina de confluencia con la panda norte-oeste del claustro (n.º 8 en plano).

Al este del recinto amurallado se encuentran las instalaciones más antiguas del siglo XII: capilla de San Esteban (n.º 1 en plano. El n.º 3 es el claustrillo de esta capilla) y enfermería (n.º 2 en plano). También se encuentran en esta zona las Cámaras Reales construidas en el siglo XIV sobre la muralla. En el ángulo nordeste se construyeron las habitaciones modernas de monjes jubilados.

SEPULCROS REALES

El monasterio de Santes Creus y el de Poblet son los poseedores de los panteones reales de los reyes de la Corona de Aragón. Fue Pedro IV el Ceremonioso, junto con el abad Copons en el año 1340, el que decidió hacer realidad los deseos de Alfonso II de convertir el monasterio en un panteón real. Se encargaron las obras al maestro Aloi, a Jaime Cascalls y también Jordi de Déu en el año 1380.



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